Traductor: Alicia Armstrong, USA, 03 de diciembre, 2015
La verdadera conspiración está escondida en plena vista
La información de Billy Meier con respecto los llamados rastros quimicos ha sido criticada por muchas personas, de mentalidad conspiracional, de ser un intento deliberado de … nublar cualquier asunto, o simplemente por estar ellos obviamente incorrectos y mal informados. Meier y los Plejaren nunca exponen teorías científicas sino sólo los hechos, los cuales se han demostrado consistentemente de ser infaliblemente exactos.
Así que la información remitida a mí por Chris Lock es acogida por su contenido informativo y creíble. Tal vez ahora la atención a los peligros reales y a las causas reales de nuestros problemas atmosféricos y climáticos superará el interés de las tonterías escapistas que una y otra vez, captan la atención de los ingenuos.
Revisitando Neptuno
Si esa verdad inconveniente es demasiado deprimente, revisemos algunas de las informaciones de Meier proféticamente precisas, fuera-de-este-mundo.
En agosto del año 1989, varios "nuevos descubrimientos" sobre el planeta Neptuno fueron hechas por el Voyager 2, las cuales Billy Meier ya había publicado en el mes de mayo de 1989. Meier ya había descrito la tormenta gigante que la NASA descubriría, así como la información acerca de Tritón, etc. En relación a esto, Meier le robo la primicia a la NASA por varios meses, de la misma manera como lo hizo con su información acerca de Júpiter, la luna de Júpiter lo y Europa hace décadas; y en lo que escépticos inadvertidamente corroboraron.
Escépticos en desesperación
El tener que soportar décadas de escepticismo de irracionales e ilógicos escépticos, estaba determinado, sin embargo, el obligar a la gente a aceptar, o "creer" el caso y su evidencia como genuina, no estaba permitido; y sólo habría violado el libre albedrío de las personas. En su desesperación, los escépticos fallaron en tomar en cuenta lo fundamental, los reales factores de la vida que hablaron en contra de cualquier tipo de fraude a favor de Meier.
Sólo un poco de consideración objetiva y lógica de la conducta humana, y la establecida ausencia de medios motivo y oportunidad, habría sido suficiente para eliminar la posibilidad de fraude. Pero los escépticos estaban tan involucrados en las bases de fraude, que totalmente fracasaron en reflexionar el por qué alguien que estaba tan carente de recursos financieros, técnicos y colaborativos — y que claramente podría haber utilizado el tipo de dinero que tales "fraudes" podrían brindarle (a Meier le ofrecieron tres ofertas de películas muy lucrativas, por grandes estudios de cine, y él las rechazó) — él nunca intentó capitalizar económicamente de su evidencia. De hecho, fue y seguirá siendo responsabilidad de las partes interesadas de tomar toda la información de Meier y de corroborarla o tratar de desacreditarla ellos mismos, esto último no ha resultado ser un éxito.
Aunque los escépticos tratan de descartar esto inmediatamente, lo cierto es que Meier tendría que haber poseído unos muy altos niveles de dominio en numerosas habilidades y ciencias, pues él mismo no simplemente realizó todo esto con una sola mano, sino que lo hizo antes de la era de las computadoras y antes de la era digital. Y mientras que ellos tratan de minimizar este factor, al igual que este hecho de la realidad sin precedentes de este hombre que singularmente ha logrando hacer todo esto — y nunca ha buscando beneficio personal por ello — escapa completamente la comprensión de los críticos simplistas e insustanciales. La sola idea de que sus principios y valores a él le prohibieron la búsqueda de un beneficio personal de aquello que tenía como objetivo darse libremente a la humanidad, va más allá de su entendimiento.
A fin de cuentas, cuando nuestros llamados científicos y educadores están tan corruptos y vendidos como nuestros políticos, las personas que desean y son capaces de ver la real verdad se han convertido tan raras tal como un ... claro cielo azul.
Véase también:
Corroboración y Evidencia (Busca por el término: Neptuno)
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Original article on They Fly